Todos los y las que vivimos en Torrijos somos las tres cosas a la vez.
Y cada una de ellas hace referencia a una de las facetas que toda persona
tiene cuando vive en una comunidad. Como ciudadanos, somos
titulares de derechos y deberes. Como vecinos, tenemos la característica
de vivir en cercanía, contiguos unos de otros. Como torrijeños, nos
caracteriza un mismo lugar de procedencia o de residencia, con una historia
común. La combinación de las tres acepciones explica como un municipio debe
funcionar por el empuje y compromiso de personas que viven compartiendo un
mismo lugar organizándolo para su propio disfrute y progreso.
Quizás tras leer estas primeras palabras, que juegan con los tres conceptos
y su significado, podamos llegar a preguntarnos por qué las cosas
están fallando tanto. Sobre todo si esa pregunta se la hacemos a gente de otras
generaciones que pueden tener mucho más a flor de piel el alma de cada palabra.
Es posible que este mundo en que corremos por construir un futuro personal
mejor, nos haya hecho omitir una parte importante de nuestro compromiso
colectivo. Nos hemos convertido en sujetos de derechos, pero no de
obligaciones. En personas que habitan un lugar, pero que no saben ser
vecinos. Y donde la palabra torrijeño, únicamente implica un punto
geográfico, sin aportar unas raíces o un legado.
Ese olvido del compromiso, del
trabajo por el bien común, ha dado como resultado que organizaciones que
proceden de la voluntad popular como son los partidos políticos terminen
caminando solas, sin la supervisión, el apoyo y la guía de los tres de antes:
ciudadan@s, vecin@s, torrijeñ@s. Han terminado andando despistadas, en otras cosas, sin la compañía y el
consejo imprescindible y necesario de los citados, errando más de lo debido.
Es fundamental que todos ellos, vuelvan a recuperar su espacio. No solo los partidos
políticos, también los colectivos profesionales, las asociaciones juveniles o
culturales, los equipos deportivos, los clubs de aficiones diversas, las peñas
o cualquier grupo de personas que sienta que tiene el deber, la obligación y el
disfrute de hacer algo y aportar. Más de un@ os está esperando.