jueves, 20 de noviembre de 2014

Ciudadan@, vecin@, torrijeñ@

Todos los y las que vivimos en Torrijos somos las tres cosas a la vez.  Y cada una de ellas hace referencia a una de las facetas que toda persona tiene cuando vive en una comunidad. Como ciudadanos, somos titulares de derechos y deberes.  Como vecinos, tenemos la característica de vivir en cercanía, contiguos unos de otros.  Como torrijeños, nos caracteriza un mismo lugar de procedencia o de residencia, con una historia común.    La combinación de las tres acepciones explica como un municipio debe funcionar por el empuje y compromiso de personas que viven compartiendo un mismo lugar organizándolo para su propio disfrute y progreso.

Quizás tras leer estas primeras palabras, que juegan con los tres conceptos y su significado, podamos llegar a preguntarnos por qué las cosas están fallando tanto.  Sobre todo si esa pregunta se la hacemos a gente de otras generaciones que pueden tener mucho más a flor de piel el alma de cada palabra.

Es posible que este mundo en que corremos por construir un futuro personal mejor, nos haya hecho omitir una parte importante de nuestro compromiso colectivo.  Nos hemos convertido en sujetos de derechos, pero no de obligaciones.  En personas que habitan un lugar, pero que no saben ser vecinos.  Y donde la palabra torrijeño, únicamente implica un punto geográfico, sin aportar unas raíces o un legado.

Ese olvido del compromiso, del trabajo por el bien común, ha dado como resultado que organizaciones que proceden de la voluntad popular como son los partidos políticos terminen caminando solas, sin la supervisión, el apoyo y la guía de los tres de antes: ciudadan@s, vecin@s, torrijeñ@s.  Han terminado andando despistadas, en otras cosas, sin la compañía y el consejo imprescindible y necesario de los citados, errando más de lo debido.  Es fundamental que todos ellos, vuelvan a recuperar su espacio.  No solo los partidos políticos, también los colectivos profesionales, las asociaciones juveniles o culturales, los equipos deportivos, los clubs de aficiones diversas, las peñas o cualquier grupo de personas que sienta que tiene el deber, la obligación y el disfrute de hacer algo y aportar.  Más de un@ os está esperando.